Porque los recuerdos son aquellos que jamás se olvidan, que se quedan impregnados con tinta indeleble para nunca salir de la memoria del corazón, porque fue la risa la cómplice de la alegría, el colchón el testigo de los sueños, la almohada la mejor consejera, la noche la mejor amiga en los día tristes, y las estrellas la mejor luz en los días opacos.
Porque recordar es vivir, pero sólo vivir de los recuerdos es morir, porque es difícil desprenderse de lo que uno quiere, de lo que uno anhela, de lo que uno ama, como se puede evitar lo inevitable, como se puede hacer para que el tiempo regrese, para que las caricias, los besos, y los sueños sean inmortales en la mortalidad, convirtiéndose en infinito de lo finito y permanezcan en lo inexistente, y no se quede sólo en un recuerdo vago y austero…
¿Cómo olvidar aquellos momentos?, aquellos recuerdos que se quedan plasmados en la historia de la vida, en los capítulos de cada una de sus páginas, cerrando con un punto final y abriendo nuevos temas por escribir, creando nuevas sensaciones, nuevas etapas, nuevas experiencias.
1 comentarios:
Excelente, sólo una observación el autor no es Claudia Valentina Alvites, el autor correcto es Liliana Lucio González.
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