El mayor tesoro del mundo es poseer una madre, su amor es una gran riqueza de valor incomparable. Todos nuestros amores podrían llegar a ser “ex”, pero nunca se podrá tener una “ex-madre”. La madre es ese ser que lo entrega todo por amor, por su hogar, por sus hijos y nietos. Cuando la madre aún está ahí contigo, es una suerte tenerla, pues la clase de amor que entrega es el más puro que podrás encontrar jamás.
Es cierto que hay muchos tipos de madres, pero siempre la nuestra será la más maravillosa que la vida nos ofrezca. Ella será nuestra amiga, la que guarda todos nuestros secretos y lava nuestras penas cuando sufrimos mal de amores, la que nos cuida como una doctora cuando estamos enfermas. Los años no pasan en vano para nadie y cada año parecieran pasar más lentamente, las hermosas arrugas en el rostro de la madre son el vivo reflejo de las experiencias que ha vivido. No hay otro ser más especial que la madre, no hay ni habrá un amor más sincero que el de una madre.
1 comentarios:
Muy buen mensaje, nada como el amor de la madre nuestra y propia de cada uno de nosotros jajaja. Saludos.
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